lunes, 3 de julio de 2017

Heridas emocionales

La mente es brillante y desconocida en un porcentaje aún no medible cuantitativa y cualitativamente. A pesar de que muchos conocemos un poco  lo que es, la verdad es que desconocemos lo que implica y cuales con sus límites.
Hace algunos años atrás comencé a preguntarme cuánto sé y cuánto desconozco de mi misma, porque el objeto más cercano que tenía para reconocer la mente era precisamente yo misma, y a pesar que aún no tengo respuesta, creo que he reconocido en el camino algunos elementos esenciales que quizás tod@s reconozcan también en si mism@s.
Es difícil desmenuzar y desvestir un ser humano, tod@s nos ocultamos detrás de murallas invisibles para los sentidos, ocultarse tiene una función de sobrevivencia, de convivencia  con uno mismo y con otros, uno se oculta por razones sociales, relacionales, familiares, laborales, etc. Entonces mi duda no estaba centrada en el “para qué” las personas ocultan emociones, ideas o sueños, mi pregunta se acercaba más bien a un saber qué oculta cada persona para sí (que ocultaba yo, más precisamente), de ese modo, pensé que lo que va guardando el ser, las personas, yo misma,  es información, que esa información se almacena en distintos lugares de la mente y el cuerpo, es a lo  que llamamos historia de nosotros mismos,  entonces,  lo que ocultamos  es la información que nos hace ruido, que nos asusta, que nos cuestiona o que nos duele, esa información de nosotr@s mism@s que no nos agrada, porque no encaja con ese ser que aparentamos ser, porque desentona con esa figura que por años hemos modelado y que lucimos claramente cuando decimos “yo soy así”.
Las heridas del cuerpo son fáciles de ver, las reconocemos con nuestros sentidos, visión, tacto, gusto etc. Esa cicatriz que deja la herida en el cuerpo es la evidencia de un evento, es el registro  que nos conecta con la información de lo que ocurrió, cuándo y cómo, es lo que nos traslada a ese momento histórico en nuestra vida,  no lo podemos negar, lo ves, y cada cierto tiempo alguna persona te pregunta, ¿Qué te pasó ahí?, ¿Eso es una operación?, ¿Te caíste?...luego esas preguntas dan pie al relato, buscas la información en la memoria y  nunca la cuentas de la misma manera,  porque el relatarla 1,2,3… inevitablemente te hace resinificarla, a veces incluso darle tintes de humor o de anécdota,  dependiendo, por cierto, de cuan traumático haya sido el evento.
Pero qué pasa con las heridas emocionales, con esas cicatrices invisibles a los sentidos, dónde se almacena la cicatriz, dónde está el registro físico de aquello.  Cuando pienso en esto, no puedo sacar de mi cabeza el concepto de mente y cuerpo unido, y me respondo con la idea de que las heridas emocionales también quedan registradas en algún lugar de nuestro cuerpo.
Hubo un tiempo que sentí  mucho dolor, dolor emocional y estuve  convencida de tener una cicatriz en el lóbulo frontal o en la médula, me dolían los huesos, la espalda y la frente,  pensaba que en algún momento la tecnología llegaría a graficar esas heridas invisibles a las máquinas de ese entonces, sonaba loco, pero hoy a varios años de haber pensado eso, lo cierto es que lo sigo pensando, creo que conservo cicatrices invisibles a los sentidos que conocemos.


Creo que la mayor parte del tiempo las personas necesitamos evidencias de lo que nos pasa, necesitamos evidencias visibles y palpables,  no nos sirven las apreciaciones, percepciones, yo creo que… yo siento esto…, somos quizás incrédulos y no damos espacio al instinto, a conectarnos con otros sentidos, buscamos eso que nos enseñaron a mirar con el ojo racional, abandonamos lo más primitivo del ser porque así nos dijo la historia que debíamos evolucionar, seres racionales y absolutamente domesticados para entender  la ciencia pura, la lógica. Creo finalmente que esa es la razón de que hoy por hoy no nos conectamos, pero nos emociona hacerlo, nos emociona ver una película que nos recuerde aquello, nos emociona cuando logramos minúsculamente reconocernos en algo, entender solo con una mirada, cuando vemos una herida en otro ser  sin entenderlo racionalmente, solo reconocerlo como una historia vivida, una herida emocional que también cargamos.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Amor y Sexo en la soltería



Normalmente cuando se sobrepasan las 3 décadas de vida y sigues solter@  comienzan a surgirte problemáticas propias de la edad, pero como si eso fuera poco, se suman un sin fin de prejuicios sociales que seguramente estando en pareja no son un tema.
  Pese a que much@s consideran que nuestra sociedad ha evolucionado en términos de igualdad de género,  lo cierto es que nuestros prejuicios más ocultos y ese machito que tod@s llevamos dentro, aparece cuando menos lo esperamos para poner juicio de valor a hombres, mujeres, edades, formas de ser y conductas. Esta idea que venía masticando, me llevó a googlear cosas sobre la conducta sexual de los y las chilenas, y a pesar que me llamaron la atención varias cosas sobre eso,  lo que más me atrapo fue la cantidad de disfunciones sexuales que existen no solo en Chile, sino en todo Latinoamérica. Esto me alarmó, ya que   jamás lo pensé, en Chile sí, porque somos una sociedad sumamente cartucha, pero no imaginé una colombiana o venezolana quejándose de frigidez o un dominicano con problemas eréctiles.
¿A dónde quiero llegar con esto? ¿Y qué hace la palabra amor en el título de esta nota? Bueno, A esto!... A pesar  que las problemáticas de hombres y mujeres son diametralmente distintas, a mí me parece que la causa radica en el mismo asunto.(Somos sexualmente frustrados).

 Sin desmerecer lo bello que es el amor, y que la naturaleza del ser humano es estar en relación, creo que esta misma razón es la que hace  a los y las solteras mayores de 30  tener harta dificultad para establecer relaciones. Muchas veces  yo misma me he visto en situaciones en las que quiero decir si a una invitación  y digo no, para cumplir con un requisito o expectativa social (hazte la difícil, que te demuestre interés, que no crea que estas disponible), peor aún, es intentar cumplir la expectativa del otro, esto si  cae en lo ridículo porque ni siquiera se conoce.

En conversaciones con amigos, también he comprendido que la mayoría de las veces  se nos debe mentir mostrando un interés en conocernos más allá del plano sexual, pero en el fondo quiero decir que mujeres y hombres mentimos, nosotras diciendo que no estamos dispuestas a ligar y ellos diciendo que quieren algo serio. Yo creo después de esto, que no somos tan diferentes hombres de mujeres, pienso que es ese patrón autoimpuesto que debemos cumplir lo que nos separa. Solo por dar un ejemplo,  es bastante común  escuchar que los hombres son  más activos y necesitan tener más encuentros sexuales que las mujeres, y claro si seguimos determinando así las cosas o pensándolas desde el lugar que sea consciente o inconsciente, siempre  existirá espacio para seguir controlando el escenario relacional y sexual de hombres y mujeres solteras. Retomando la idea de la expectativa, es súper difícil cuando tienes  experiencia, dar paso a la incertidumbre de conocer un poco más al otro, empiezas a interpretar señales, muchas veces equivocadas. Tienes mapas y esquemas y no das mucho chance al error del otro, desechas fácilmente porque no estás dispuesto o dispuesta a perder tiempo. Rehúsas  la idea de pasarlo mal o de arriesgar el más mínimo segundo de tu tiempo en algo incómodo. He pensado que esto no pasa cuando se es más joven, porque no tienes expectativa, vas sin miedo, tienes una vida por delante y equivocarte es parte de aprender. Por otro lado cumplir expectativas nos hace más vulnerables a equivocarnos, muchas veces no sabes lo que quieres realmente, pero debes saberlo?...Si!  porque ya eres grande, entonces dices cosas que no sientes o dejas de decir las que realmente te pasan. Bueno, ahí en esa oscuridad, en ese escenario es fácil postergar una necesidad tan básica y rica como tener sexo.

Hace un mes más o menos me vi todas las temporadas de Sex and the city, y a parte de divertirme mucho, me interesó el personaje Samantha Jones, básicamente porque quiebra con todo este esquema al que hago alusión, una mujer que desde el paradigma social tiene una conducta claramente masculina, no busca amor, no quiere pareja, ni hijos, ni familia, se declara una enamorada de ella misma, algo que por cierto veo frecuentemente en publicaciones de mujeres solteras, en facebook, twitter o cualquier otro medio, pero que a la base y no creo equivocarme con esto, buscan solo “mostrarse” libres e independientes. Cosas como “una mujer independiente, no espera que le bajen la luna, va solita a buscarla”, que puedo decir, mis más lamentables condolencias a quien de verdad se compra ese cuento. Porque hoy en día creo que hombres y mujeres solter@s andamos necesitados de paciencia, de respeto y valor por lo que se comparte, aunque eso no cumpla con la expectativa. Creo finalmente que los solter@s mayores de 30 deberíamos dejar de esperar cosas, deberíamos ser más conscientes de lo que se nos estrega, y agradecerlo porque para ninguno es fácil y de seguro todos ya nos cargamos historias en donde dimos la pelea. Nadie es malo ni bueno.  Somos... nada más...

jueves, 4 de diciembre de 2014

                                           CAMBIARTE DE CASA


Temblé de emoción al entrar y ver este espacio vacío, atrás queda una parte, atrás queda un año difícil, semanas, días, horas de angustia, también quedan días que me cedieron aliento, calma, consuelo…aquí aparece este espacio vacío, único, silencioso y solitario, lleno de ecos. Aquí aparece la escena más importante de la película, aquí aparece el escenario en donde solo contemplas sin recuerdo alguno... Aquí aparece el presente, esa parte que vivimos sin ser conscientes, la humanidad desnuda, sin pertenencias…
Aquí en la más completa soledad, un espacio, un lugar y tiempo único,  irrepetible, ese instante donde sientes que todo está a tu favor, que no necesitas más que respirar profundo, y alucinar con la escena sencilla, con tu cuerpo completo, con tus ganas, con el palpitar de tu corazón, de tus sentidos alertas, con la bonanza de vivir “no la vida”, de alucinarla solamente, de asegurar  que estás y que ese espacio si existe… Y que está creado y recreado por tu conciencia, en este espacio converge ese misterio de existir, de sentirte, de abrazarte y estar completamente segura de que estás. Este escrito es como diría Nicanor Parra,  una alucinación del filósofo, una tendencia clara a la locura.




Cuando entre sentí que intervenía. No, no, que interrumpía, un espacio que no necesita otro ser, que existe por si mismo, que no le daba vida, porque ya vive hace mucho tiempo…Y, son mis ganas, las ganas de apoderarme, de fusionarme, de ser dueña y ama de este lugar, de un modo ególatra, colonizadora. Wou, este espacio se rindió sin resistencia…Y así, este espacio lleno de silencio me permite abrir la primera ventana, me permite usar una esquina, y observar desde ahí el silencio, que a estas alturas es música, y así termina este sencillo escrito, para mí demasiado importante…